Los tiempos del Ché

Massimo Modonesi




"Depuis trente ans, Che Guevara interpelle nos
consciences. Pardelà le temps et l'espace,
nous entendons l'appel du Che qui nous
somme de répondre: oui, seule la révolution
peut faire de l'homme un être de lumière."

Ahmed Ben Bella, en Le Monde Diplomatique,
octubre DE 1997. p.3.




    LA FIGURA DEL CHÉ conserva su vitalidad a lo largo del tiempo. La presencia del revolucionario argentino, en las publicaciones, en la memoria y sobretodo en los ideales de las jóvenes generaciones, contrasta con una época que parece caracterizarse por un "pensamiento único", un inquietante conformismo intelectual. Es indispensable que al mito del Che se sume una serie de ensayos y biografías que permitan una reflexión más profunda sobre su figura histórica. En cada época, es necesario enriquecer —con lecturas desde el presente— una visión del pasado, aunque éste haya sido estudiado a fondo en otros momentos. Los varios trabajos sobre el Che demuestran su actualidad en los tiempos en que vivimos y, por otra parte, la necesidad de revisitar los tiempos en que el Che vivió y actuó, tiempos que fueron decisivos para América Latina y para el movimiento socialista mundial.

    Sin las ambiciones de los trabajos de Paco Ignacio Taibo II y Jorge Castañeda en sus respectivos trabajos, Guillermo Almeyra y Enzo Santarelli, en sus propios ensayos, se proponen ubicar al Che en su contexto histórico y teórico y, al mismo tiempo, trazar algunas líneas de interpretación de su pensamiento político. En apéndice, el volumen reproduce un texto del Che escrito en 1965 antes del viaje al Congo, considerado el punto más alto de la producción teórica del revolucionario argentino: El socialismo y el hombre en Cuba. Los autores invitan a los jóvenes a leer los escritos del Che e incitan a recuperar algunos aspectos de su pensamiento, sin dejar de subrayar la relación indisoluble entre teoría y acción que caracterizó su vida. Por sus trayectorias personales, los autores no pueden concebir la labor intelectual separada de la militancia política. Guillermo Almeyra, nacido en Argentina el mismo año del Che, fue sindicalista en su país natal y militante trotskista en varios países; vivió muchos años en Italia donde trabajó para la FAO y fue corresponsal de La Jornada; actualmente es profesor de la UAM-X y columnista del mismo periódico. Enzo Santarelli fue partisano durante la segunda guerra mundial, militante y diputado del PCI y reconocido historiador; entre sus últimas obras figuran Imperialismo, socialismo, terzo mondo. Saggi di storia del presente (1992) y Storia critica della Repubblica (1996).

    En el primer ensayo, después de una panorámica sobre la época y las polémicas que la animaron, Almeyra subraya la "intuiciones" del Che, desde "la practica a la teoría", que le permitieron redescubrir y actualizar aspectos del pensamiento de Marx olvidados por la ortodoxia de origen stalinista. Escribe en la página 41:

    "La actualidad de Guevara se basa en el rigor político y moral, en la coherencia entre el pensamiento y la acción, en el ejemplo antidogmático, antiburocrático, libertario, en la visión mundial del capitalismo y de la lucha socialista, en un internacionalismo de raíces humanitarias y científicas, en la decisión de utilizar solo los medios económicos y políticos que pueden, al mismo tiempo, desarrollar una economía basada en la lucha por la justicia y la igualdad de oportunidades y construir una conciencia solidaria y socialista. Guevara es también un ejemplo de constante evolución crítica y de aprendizaje teórico a partir de la acción práctica revolucionaria, de iniciativa contra el dogmatismo de los aparatos y de los sacerdotes de todo tipo de verdad revelada, de resistencia y oposición contra las vanguardias autoproclamadas".

    Por su parte, Santarelli encuentra en el Che el punto de partida para una reflexión que, basada en una revisión crítica de la historia del movimiento y del pensamiento socialista permita ver las razones de su crisis y las posibilidades de su refundación. Para el autor, "el marxismo de Guevara" no puede y no debe ser leído con las lentes de las distintas corrientes del marxismo y es necesario destacar, más allá de aspectos ortodoxos y heterodoxos, el aporte humano y teórico del Che. El historiador italiano pone particular énfasis sobre su internacionalismo y antimperialismo:

    "El ultimo mensaje del Che es un mensaje antimperialista y la cuestión del imperialismo y del antimperialismo, como la de la guerra y la paz, está todavía ante nosotros. Su pensamiento, por consiguiente, sigue vivo por el impulso que ha dado a la investigación de una alternativa anticapitalista en escala global, (...) por haber planteado directa o indirectamente el problema de un frente o un movimiento más adecuado a la transición hacia un nuevo orden mundial igualitario y socialista" (p.79).

    Este pequeño libro tiene el mérito de trazar constantemente puentes entre el pasado y el presente, entre la memoria histórica que nos permite ver las dimensiones reales del Che y la vigencia de su peculiar idea del socialismo. El Che fue un hombre de su tiempo; forma parte de la larga e inacabada historia de liberación de la opresión. Por esto, por su vida y su carácter, mantiene una presencia en nuestro tiempo. Es imprescindible rescatar el pasado, los tiempos del Che, y contemporáneamente historiar la actualidad para comprender su temporalidad, los ritmos y las direcciones de la transformación social, y poder armar un proyecto socialista a la altura de las tareas del presente. La presencia del Che puede ser un estímulo intelectual y moral.